Hoy compartimos la receta de croquetas veganas con leche de avena. Nos ha costado unos cuantos intentos encontrar el punto, pero al final hemos conseguido hacer unas deliciosas croquetas que conquistarán a cualquier paladar.
¿Qué leche vegetal es la mejor para hacer croquetas?
Sin duda alguna, después de todos los experimentos que hemos hecho hasta el momento, la leche de avena es nuestra preferida. La leche de avena casera tiene mucha fibra natural. La fibra actúa como espesante natural facilitando el proceso de hacer la bechamel. Ojo, porque no ocurre lo mismo con la leche de avena envasada. Las leches vegetales envasadas han sido pasteurizadas, y en ese proceso térmico, la fibra de la leche de avena se transforma en azúcares simples, perdiendo toda la fibra y con ella la cualidad de espesar.
Haciendo de la cualidad espesante de la avena su virtud, consideramos la de avena ideal tanto para hacer bechamel como para preparar, por ejemplo, un chocolate a la taza.
Pero no nos desviemos del objetivo y vamos con las croquetas.
Receta de croquetas con leche de avena:
Siguiendo los pasos de la receta conseguirás hacer algo muy cercano a las croquetas de la abuela, de esas que tienen textura cremosa y se derriten en la boca.
Ingredientes
- 3 cucharadas colmadas de harina (50g) – tamizada para evitar grumos
- 500 ml de leche de avena casera – templada
- 2 cucharadas de margarina
- Nuez moscada (un golpe de muñeca es suficiente, el exceso puede estropear la masa)
- 1 cebolla roja grande – picada
- Sal
Para el empanarlas:
- Harina
- Pan rallado
- Huevo vegano: mezclar 2 cucharadas de lino molido con 6 cucharadas de agua y dejar reposar 30 minutos hasta que coja la textura gelosa.
Preparación:
Tiempo de preparación: 1 hora
- Picar bien el ajo y la cebolla y rehogar en una sartén a fuego medio con la margarina vegetal. Cuando se haya pochado un poco añadir la harina y mezclar bien.
- Añadir la leche de avena casera (preferiblemente templada) de poco en poco. Esto ayudará a que ligue mejor la masa. Cada vez que se añade un chorrito de leche hay que remover bien con la ayuda de una varilla manual de repostería o con una cuchara de palo para mezclar bien la harina.
- Se deja cocer la mezcla a fuego lento hasta que saca burbujas de cocción. Se mantiene a esa temperatura durante al menos 10 minutos, añadiendo más leche si es necesario y removiendo constantemente hasta conseguir la textura ideal. Cuanto más tiempo esté al fuego mejor se cuece la harina esto hace que mejore el sabor de la masa. A mi me gusta cocerla entre 20-30 minutos.
¿Cómo sabemos el punto exacto de la bechamel?
A partir de los 10 minutos de cocción, hay que vigilar la textura de la masa. Cuando la bechamel se pega en la cuchara y aunque la elevemos no cae ni una gota, es el momento de retirar la masa del fuego. Este es el momento de pasar la batidora manual si queremos que quede homogénea y sin tropiezos. Luego se extiende la masa sobre una tartera plana y se deja enfriar antes de proceder a empanar las croquetas. Conviene meterla al menos 2 horas en el frigorífico para que coja solidez.
El último paso: empanar las croquetas.
- Nos embadurnamos las manos de harina para manejar bien la masa y hacer las bolas sin que se nos pegue en las manos. Se toman pequeñas porciones de masa que se rebozarán en harina y después se moldearán con las manos hasta darles forma de bola.
- Cuando hayamos terminado de hacer todas las bolas se empanan. Primero se pasan por el huevo vegano y seguidamente se vierten en una taza con pan rallado y se menean bien para que queden bien empanadas.
- Por último se fríen en aceite de girasol bien caliente, preferiblemente en una sartén o cazo pequeño y alto con el suficiente aceite como para cubrir la croqueta entera.
- Se sacan a un plato con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante y ya están listas para sacarlas a la mesa.
Como hacer croquetas de sabores.
- Las croquetas admiten muchos otros ingredientes que aporten infinidad de sabores diferentes. Yo por el momento he probado hacer de acelgas, espinacas, champiñones, hongos y de shitake.
- Para ello se pochan en una sartén aparte las verduras, setas o ingredientes que elijamos para darle un toque de sabor. Se añaden a la bechamel con cuidado y con el menor aceite posible en el último minuto de cocción. Después de añadir los tropiezos, conviene mezclar bien la masa con ayuda de la batidora manual para que quede bien suave y fácil de recoger.
- Si vemos que la masa se licua por la mezcla, llevarla otra vez a cocción hasta que vuelva a coger la textura ideal. ¡Salud!
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