ChufaMix nació con el firme propósito de elaborar en casa la tan deliciosa “horchata de chufas” (típica de Valencia) de forma rápida y sencilla, pero a la vez, artesana. Una vez teníamos el utensilio diseñado, probamos con la “horchata de almendras” (más tradicional en la zona de Alicante, Baleares, incluso en el sur de Italia) y también funcionó.
Buscando distintas recetas de horchatas, aprendimos que el término “horchata” se utiliza también en el sur de América para denominar a otras “leches vegetales” elaboradas a partir de cereales como el arroz (muy popular en México), de semillas de ajonjolí o sésamo en la parte de Oaxaca, de semillas de melón en Chiapas. En Surinam nos encontramos la “orgeat” de almendras, y en Ecuador, es muy famosa una “horchata” de color rojizo elaborada con más de 20 tipos diferentes de semillas y hierbas. Curiosamente, a todas ellas se les llama tal cual: “orxata”, “horchata”, “orchata” y “orgeat” (aunque en la cultura indígena local probablemente también tengan otro nombre).
Más allá del término “horchata” descubrimos que en el mundo Árabe se toma mucho la “leche de sésamo”, en alguna zona de Japón la “leche de cacahuete”, en zonas de China desde épocas ancestrales la “leche de cáñamo” y cómo no, le sumamos a todas ellas las ya globalizadas “leches vegetales” de soja, avena y arroz, hoy consumidas en diversas zonas del mundo.
Todos estos descubrimientos nos llevaron a investigar en ChufaMix con distintos tipos de frutos secos (la avellana, la nuez, ancardo…), luego con distintos cereales (arroz, espelta, avena…), semillas (sésamo, cáñamo…) e incluso con frutas y plantas (uva, menta, estevia…). De ahí surgieron el artículo dedicado a la historia de las leches vegetales, este blog de recetas y trucos y también el libro de recetas de ChufaMix.
Los métodos de elaboración de las “horchatas”,“leches” o “licuados” son bien diferentes: Hay horchatas, como la de arroz mexicana, que tienen como base leche de vaca y utilizan leche en polvo o leche condensada en su proceso de elaboración. Hay “horchatas de almendra” (como las mediterráneas) que utilizan 200gr de almendra por litro, cuando para hacer una “leche de almendra” se utilizan entre 50-100gr. Hay recetas en las que el cereal se cuece, y en otras sin embargo, solamente se remoja…
Respecto al uso del azúcar en la bebida, es curioso, hemos visto cómo en las “horchatas” de almendra, chufa o arroz se acostumbra a utilizar muchísimo azúcar (desde 80 a 500gr por litro). En cambio, en otras, como la leche de cáñamo o sésamo se utiliza mucho menos, incluso prima su ausencia.
Por si esta variedad fuese poca, las tendencias o “escuelas” nutricionales actuales también influyen con su filosofía, modificando recetas tradicionales e interfiriendo en la dósis de azúcar, o supliendo éste último por siropes o dátiles. También hay movimientos que cuestionan el hecho de cocer la semilla y proponen elaborar la bebida a partir de la semilla cruda, remojada o germinada… creando entre todas ellas, nuevas formas de elaborar las tan apreciadas “leches vegetales”.
Respetando a todas y cada una de las tendencias, sean actuales o ancestrales, lo que nos complace es saber que Chufamix contribuye a cualquiera de ellas, ya que lo que aporta es un método de filtraje sencillo, sea cual sea la receta utilizada para elaborar la bebida. De hecho, Chufamix no es más que la evolución del paño o gasa utilizado durante cientos de años en la elaboración de las “leches vegetales”, por eso en algunos países ya se la conoce como “el paño del siglo XXI”.
Gracias a que simplifica tanto la fase de filtrado, podemos saltarnos ya la barrera de lo industrial y nos facilita el realizar a partir de la semilla, fruto seco, cereal y/o hierba, la bebida ( “licuado”, “leche” u “horchata”) de la que tanto su sabor, como sus beneficios nutricionales, son radicalmente diferentes de los industrialmente envasados. En definitiva, es una nueva herramienta de cocina que nos aporta autonomía y soberanía en el consumo diario de “horchatas” y “leches”.
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