¿ El derecho a la comida y al agua, es un derecho básico en el siglo XXI, o no?
Pues si lo es, ¿ Por qué se viola este derecho constantemente provocando situaciones de muerte, semi-esclavitud y marginación en la vida de muchas personas? ¿Esto debería ser delito, o no?
En 2.008, cuando en la bolsa se dispararon los precios del maíz, arroz y trigo, dejando a los países pobres (Haití, Camerún, Filipinas…) sin recursos para alimentarse dignamente, empezamos a escuchar el término de “crisis alimentaria”. Aunque con diferentes nombres, en esencia, el fenómeno de matar a las personas de hambre utilizándolas antes como mano de obra barata, para que unos pocos sigan haciendo crecer su insaciable hambre de fortuna y poder, se repite. Esta aberración sí es una forma de “terrorismo y exterminio encubierto”, que sucedió en épocas pasadas, y para nuestra vergüenza, sigue ocurriendo hoy en día.
Sin embargo, utilizar los alimentos con fines lucrativos por parte de empresas transnacionales privadas sin exigir a cambio un comportamiento solidario en otras esferas no sólo está permitido, sino que por ende está protegido, y en muchos casos subvencionado por los gobiernos supuestamente “democráticos” de los países civilizados. Nuestro dinero y nuestro trabajo se utiliza para que este sistema corrupto siga creciendo.
Organismos internacionales de campesinos, de ciudadanos en general, movimientos por la soberanía alimentaria de los pueblos, por el cambio global mediante el decrecimiento, organizaciones ecologistas, etc, proponen alternativas concretas de actuación para paliar la “crisis alimentaria” que los gobiernos de la mayoría de los países del mundo desatienden constantemente. ¿Y por qué las desatienden?
Los organismos internacionales institucionales como la FAO (Food Agricultural Organization), la OMS (Organización Mundial de la Salud) y el Banco Mundial, con la incondicional ayuda de los medios de comunicación masivos, señalan como principales motivos causantes de esta “crisis alimentaria” algunos factores externos: las malas cosechas o su utilización para la fabricación de biocombustibles justificada por la “crisis energética”, el aumento de la población, el cambio climático… Pero en ningún momento se cuestiona “el modelo agro-alimentario industrial y transgénico” actual. Y no hay que ser un genio para darse cuenta de que es este modelo el principal causante de la “crisis alimentaria”.
Tratemos de responder a las siguientes preguntas:
- ¿Es legal explotar, contaminar y exterminar la bio-diversidad natural (humana, floral y animal) para que unas pocas familias hagan dinero?
- ¿Es necesario consumir tanto petróleo para transportar alimentos de una parte a otra del mundo, en vez de consumirlos en su lugar de origen?
- ¿Es preferible utilizar las tierras para generar agro-combustibles en vez de comida?
- ¿Es inteligente que los países estén perdiendo la capacidad de producir alimentos para autoconsumo dependiendo exclusivamente de la falsamente llamada “bio-tecnología” de Monsanto, Du Pont y Dow Chemical?
- ¿Esta justificado “crear” pobreza o asumirla como algo natural?
- ¿Es inteligente que los gobiernos respalden esta insensatez? Y que a la vez, ¿la ciudadanía se lo permitamos?
Responder afirmativamente a estas preguntas implica respaldar este modelo agro industrial que utiliza (empobrece y destruye) el 70% de los recursos agrícolas del planeta para producir solamente el 30% de las provisiones alimentarias globales. Arrastrar al planeta a una “crisis alimentaria” innecesaria a la vez que se argumentan causas externas para despistar a la opinión mundial, debería ser un delito punible.
Queremos desde Chufamix agradecer el trabajo que día tras día hace la red campesina y agro-pesquera por la soberanía alimentaria de los pueblos. Son 3.000 millones de personas que con su trabajo diario proveen de alimentos al 70% de la población mundial utilizando solamente el 30% de recursos naturales del planeta de forma sostenible y eficaz. También agradecemos su labor a todos los colectivos e iniciativas populares, empresariales, incluso gubernamentales, que protegen y desarrollan un modelo de agricultura más sensato y enriquecedor para todos seres que habitamos el planeta.
Creemos además, que ante esta situación es urgente que las personas actuemos con responsabilidad apoyando la agricultura familiar, el comercio local, el comercio justo… es algo sencillo de hacer, que además genera formas de vida dignas y preserva el medio ambiente, reforzando nuestra economía y tejido social.
La cesta de la compra es nuestra mejor aliada para acabar con la pobreza y con la tiranía de determinadas transnacionales y cadenas alimentarias. El Consumo Responsable es una forma de ayudar a mejorar este mundo ¡Ningún producto que proviene de la agro industria debería ser más importante que los derechos de los pueblos o el cuidado de nuestra Tierra !
Hay muchísimas alternativas de consumo. Puedes comenzar ya a buscarlas en tu barrio, pueblo o ciudad. Hoy es el día ideal para comenzar a cambiar tus hábitos poco a poco. Compra en mercados de barrio, en negocios familiares, grupos de consumo y fíjate en los sellos que garantizan formas de comercio sostenible y justo.
¡Reflexiona y actúa! Existen soluciones, no lo dudes.
0 comentarios